El domingo 17 de septiembre de 2017  – hoy se cumple el 5° aniversario falleció, a sus 73 años, Juan Carlos Pocho Berro, titular de la legendaria pizzería Ottonelli. Ante su deceso, Pedro Malvido Giménez – querido historiador de nuestro barrio – escribió el siguiente artículo en su memoria:

 

Año 1943. En la casa de los esposos Juan Luis Domingo Tito Berro y Ángela Bernardo (Lisandro de la Torre, entre Sabattini y Fischetti) reinaba la ansiedad ante la inminente llegada del primogénito: Juan Carlos, quien nació el 1 de enero de 1944.

Luego, la familia se agrandó con la llegada de Juan Luis Domingo Chiche y Oscar Horacio.

Ya mozo, Juan Carlos (o Pochito como cariñosamente lo llamábamos) asimiló los secretos de la actividad desarrollada por su padre – distribución y venta de diarios, revistas – a quien reemplazó cuando éste se jubiló.

Don Juan Luis había sido un esforzado canilla y cuando Pochito tomó la posta, le agregó su buen tino y sana administración instalando sus propios quioscos en las estaciones Ramos Mejía y San Miguel donde forjó una larga lista de amigos gracias a su bonhomía.

Moretta, Palacios, Abel Piñeiro, Angelito Sáenz, Luis Sánchez (h), Carlitos Malvido Giménez, el escribano Eduardo Lucero, Costa y otros nombres se agregaron a esa lista cuando Pochito se convirtió en el responsable de la mítica pizzería Ottonelli, el 1 de mayo de 1997, día en que don José Montesano le transfirió el comercio.

La pizzería Ottonelli fue inaugurada el 1 de mayo de 1939 y se convirtió en uno de los más tradicionales comercios de Caseros que fue declarado, en 2009, “de interés municipal”.

La amistad de Pocho con Luis Sánchez (h) le permitió relacionarse con la hermana de éste, Alicia Sánchez Caballero, quienes rápidamente congeniaron y en septiembre de 1977 se convirtieron en esposos.

Los padres de Luis y Alicia fueron Luis Félix Sánchez y Cecilia Caballero – titulares del conocido negocio Los 500 Saldos – e integrantes del Club de Leones y otras entidades.

El matrimonio de Pocho y Alicia no tuvo hijos pero si disfrutó de una camada de sobrinos.

Boquense entusiasta pero sobre todo, admirador del deporte, Pocho engalanó las paredes de su local con una prolífica colección de fotografías. También, se exhibían imágenes de innumerables personalidades de la política, el arte y la cultura que visitaron el local. Su generosidad no tuvo límites. Dan fe innumerables entidades de bien público y vecinos que recurrieron de su ayuda.

Fue una persona sin dobleces, sincero, parco en sus definiciones pero inconmovible en sus convicciones. No era amigo de discusiones aunque sus amigos sabían de su fe peronista, adhesión sostenida en el tiempo, a pesar de los cambios o sustituciones a los que no adhería. Guardaré en mi corazón la imborrable presencia de su impronta, recreando como homenaje a Pochito este sereno recordatorio…

Pedro Malvido Giménez

NdeR: la tradicional pizzería Ottonelli cerró sus puertas en 2020, tras 81 años de trayectoria.