Pero de 1813. Entre las sombras, tras seis días de marcha a “matacaballos”, llegaban los flamantes Granaderos al Convento de San Carlos, ubicado en San Lorenzo (Santa Fe).
Eran 150 hombres de un Regimiento sin pasado, a las órdenes de un ignoto Coronel, instruido en las guerras napoleónicas, y que pocas horas después, medirían sus fuerzas contra un enemigo experimentado. Sería el bautismo de fuego de la unidad.
Mientras velaban las armas en absoluto silencio… ¿Qué habrá pasado por la mente de aquellos soldados bisoños? ¿Habrán pensado en sus familias? ¿Habrán temido a una muerte posible?.
Lo cierto es que menos de doce horas después, catorce de ellos entregarían sus vidas durante el histórico Combate de San Lorenzo. Otros dos más, morirían días después, a causa de las heridas recibidas.
Aquellos dieciséis Granaderos fueron los primeros de cientos que con el correr de los años, regarían su sangre por los campos de batalla de la América toda.
Recordemos a aquellos mártires que cayeron en cumplimiento del deber, para gloria y honor de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Fuente: Eduardo Javier Mundani Osuna
(la imagen que ilustra esta nota es alegórica)