Imaginamos que aquel domingo 19 de marzo de 1922, a las tres de la tarde, los pobladores de la naciente Villa Pineral estarían expectantes. Sucedió que esa tarde casi de otoño, se inauguraba una escuela que se convertiría en una de las más concurridas del todavía pueblo de Caseros.

Se trataba de la Escuela N° 28 (actual N°4), precaria edificación escolar levantada sobre dos terrenos (ubicados en la calle Puan, entre Sarmiento y 3 de Febrero) donados por Angel Pini, quien también había cedido un espacio para erigir un templo y, además, una hectárea para que en el incipiente rincón caserino, desbordado por zanjones y calles de tierra, se trazara una plaza.

De don Angel Pini (1848 – 1913) se sabe era muy pequeño cuando llegó a nuestro país desde su Italia natal, y fue trabajando en la empresa paterna (¿se acuerda del aperitivo Pineral?)  donde amasó su fortuna y que por estos lares levantó una casa quinta para veranear. Con respecto a la villa, don Ángel estaba convencido de que el lugar se convertiría en una ciudad densamente poblada.

Volvamos a la historia de la escuela.

El 15 de febrero de 1919 se creó la “Comisión Pro Escuela Ángel Pini” que fue integrada por: Joaquín Spandonari, presidente; Antonio Seoane, secretario; Arturo Guido, tesorero; Abelardo García, José Reynoso, Francisco Cocchiararo, Moisés Sinaí, Juan Valdez y Diego Infante, vocales. De a poco, a pura voluntad vecinal, el sueño fue tomando forma y la sombra de la construcción se ensanchó sobre la calle de tierra.

En acto inaugural, contó con la presencia de alrededor de 1000 pobladores, entre ellos, el intendente Enrique Marengo.

El lunes 20 de marzo, la escuela comenzó a funcionar con seis aulas, ocho maestras y 231 alumnos. La primera directora fue la señora María Angélica Mazza de Bruzzón.

Ya para junio de ese mismo año – y atendiendo las necesidades que se iban presentando- se decidió crear una cooperadora a la que se denominó Sociedad “Nuestros Niños” y sus miembros fueron: Celestina Guido, presidenta; Lola Kionhaus, vicepresidenta; Carmen Barrufaldi, secretaria; María H. Fraquelli, prosecretaria; Matilde Nassa, tesorera y Ana Roselló, protesorera.

El establecimiento cuenta con un libro que, a trazos gruesos, relata la historia de la institución. Entre sus páginas, se descubren los siguientes datos:

  • 1925: Se acepta la invitación del “Comité Billiken Amigos Nobles” para que la Directora expida el comprobante de pobreza a padres que lo soliciten y sean acreedores a él.
  • Se pide apoyo al comisario para lograr la concurrencia a clase de los “niños rebeldes” y luego se agradece la ayuda prestada por los efectivos por el retorno a clases de los escolares que se ausentaban.
  • 1927: Se comunica que dos clubes de futbol locales jugarán un partido a beneficio de la Sociedad, se resuelve comprar el Tesoro de la Juventud, abonando cuotas mensuales de $ 12; se compra una máquina Cabiró por la suma de $ 80″.
  • 1930: Se protesta por la indiferencia oficial hacia la escuela que necesita urgentes arreglos y se resuelve renunciar en forma colectiva.
  • 1937: Bajo la dirección de María F. de Rodríguez, se inaugura y bendice el mástil y es Carmen Barrufaldi de Dáttoli la primera maestra abanderada.

Se crean nuevas aulas y ya concurren 540 alumnos. El establecimiento educativo es ascendido a primera categoría.

  • 1946: Se celebran, por primera vez, las fiestas navideñas en la escuela.
  • 1947: se festejaron las Bodas de Plata. Ya se cuenta con diez aulas, jardín, huerta, teatro de títeres, encuadernación, club de tejedoras, periódico escolar, juguetería, piano, radio, vitrola, telar, máquina de proyecciones, biblioteca, discoteca, sala de ilustraciones…
  • 1938: Se aprueba la implantación de la ‘miga de pan’.
  • 1942: Se informa que no se ha encontrado al propietario de los terrenos del fondo para pedir autorización para que sirva de expansión al alumnado.

REMODELACIÓN

En 1996, se remodela el tradicional edificio (¡qué lástima que no se respetó la hermosa fachada!) – los alumnos, provisoriamente, continuaron sus estudios en el Cef – y al año siguiente se inaugura la actual construcción

A lo largo de un siglo, las aulas de la escuela Angel Pini fueron testigos del paso de numerosísimos alumnos que guardan los mejores recuerdos de su tiempo escolar.