Tenía tan sólo 37 años. Era rescatista y Jefe de la Dirección de Riesgos Especiales de Bomberos de la Policía de la pvcia. de Bs. Aires, organismo donde ejercía como subcomisario.
El lunes 5 de noviembre de 2012 calzó su traje de buceo y se sumergió en el dique Roggero (Moreno) para intentar hallar los cuerpos de dos jóvenes que se habían lanzado al agua y estaban desaparecidos desde hacía dos días.
Como Maxi no emergía, intervinieron en su búsqueda fuerzas federales. Por la tarde, fue hallado sin vida.
Se informó que su cuerpo fue arrastrado por una fuerte correntada del dique – cuyo caudal estaba incrementado por fuertes lluvias de días anteriores – que lo empujó hasta un enrejado del cual no pudo salir.
Su velatorio – al que concurrieron familiares, camaradas de la Fuerza, amigos y vecinos – se realizó en la Cochería Martín. El cortejo fúnebre fue encabezado por móviles policiales que transitó la puerta de su domicilio – ubicada en la calle San Jorge, entre Urquiza y Belgrano – y luego se trasladó hasta el cementerio de San Martin.
Sobre el ataúd, reposaba una bandera argentina, la insignia de la Superintendencia de Seguridad Siniestral y una camiseta de J. J. Urquiza, club del que fue entusiasta simpatizante y dirigente.
Por su fallecimiento, la sede de la entidad celeste cerró sus puertas y el primer equipo postergó el partido que tenía programado.
Maximiliano – quien tenía un hijo, Lucio (5) – fue alumno primario del instituto San José Obrero. La secundaria la inició en el instituto Nuestra Señora de La Merced y la concluyó en la Escuela N° 12.
Hijo de Adela Palela, querida docente de nuestro barrio, y Héctor Montozzi, policía fallecido, Maxi tenía dos hermanos: Leonardo, integrante de la Policía de Buenos Aires, y Marcos, quien murió a sus 21 años, en marzo de 1999, mientras practicaba paracaidismo.