Transcurría 2012 cuando Chornik, una perra tipo siberiana, fue, según testigos, cargada furtivamente en una camioneta que transitaba por Los Acantilados (Mar del Plata). Fue así, abruptamente, arrancada del barrio donde vivía y del cariño y cuidado que le brindaba su amo. Tanto éste como sus allegados iniciaron desesperadamente su búsqueda. En principio, empapelaron con carteles los alrededores; luego, replicaron una y mil veces la imagen de la mascota. Al tiempo, el amo de Chornik falleció.
Sus familiares – en especial su prima, Carolina Spineda – continuaron con la búsqueda de Chornik. A través de facebook (crearon “Todos Unidos Por Chornik”) recibieron centenares de contactos, llenos de buenas intenciones pero erróneos. Se trasladaron, incluso, hasta a los lugares que les pareció que el reencuentro con Chornik podía ser verdadero, pero regresaron desilusionados.
A finales de 2018, detectaron una publicación de Alejandra Marti, joven de Caseros, quien se había topado con Chornik, en los alrededores de un supermercado, ubicado en Villa Pineral, le sacó una foto y la publicó en el grupo “Perdidos y Encontrados en Caseros y Tres de Febrero”.
Con la ayuda de vecinos, trasladó la perra a la veterinaria. “Hubo un matrimonio que se hizo cargo de los gastos”, preciso Alejandra. Paralelamente, se estableció el contacto con los familiares de la mascota quienes luego de solicitar algunas características, se convencieron de que esta vez ¡sí!, se había concretado el sueño y se trataba de la tan querida Chornik. Inmediatamente, recorrieron los 400 km. hasta Caseros y, entre lágrimas de emoción y alegría, se produjo el anhelado reencuentro.
En el facebook “Todos Unidos Por Chornik”, fueron publicados los tiernos mensajes de alegría de los dueños marplatenses de la mascota quienes subrayaron que “esto es un milagro”.
Entre los mensajes se destacaron el dedicado a nuestra vecina: “Gracias, Ale, por haberte cruzado en su camino, por retenerla, cuidarla y darle tránsito, nunca lo vamos a olvidar” y el dedicado a Chornik: “Siempre mantuvimos viva la ilusión de encontrarte, anoche dormiste en casa y en paz, (…) te amamos, hermosa, y vamos a mimarte y cuidarte”.
Cuando fue raptada, Chornik tenía diez años; cuando la reencontraron, dieciséis. Estaba viejita. Pero rodeada de amor para el resto de su vida.