En realidad, se llamaba José Nuccillo y falleció de manera trágica el viernes 24 de febrero de 1989, a sus 78 años.

Cuando publicamos su historia de vida (ver https://caserosysugente.com.ar/…/cherita/), su recuerdo generó numerosos comentarios de los vecinos que nos permitieron ampliar su devenir en Villa Mathieu. Entre ellos, recogemos los siguientes:

Mi esposo siempre lo nombraba el kiosco como guía para bajar del colectivo.

El único teléfono público que había era el de Chelita ¡cuántos recuerdos lindos!.

Vamosssss por un pueblooo con buenosss recuerdosss!!! y los jóvenessss a conocer nuestras historias de barrio!!!.

Inolvidable!! Yo vivía a una cuadra, todo se compraba de Chelita.

En mi barrio de chica, le decía a mis hermanas: “vamos de Chelita”.

Mi mamá trabajó toda la vida en ese kiosco y en la casa de los dueños. Recuerdos hermosos, tengo.

Yo le llevaba vino Peñaflor, en el año 1969. Qué hermosos tiempos.

Inolvidables partidos al metegol…

Sin dudas es una esquina especial.

Oscar y José tenían el kiosco y el bar al lado… qué lindos recuerdos, Cherita!!!

Mi tío Antonio trabajó muchos años  con Chela en el kiosco y cuando llegaban las fiestas, mi tío vendía hielo.

Enfrente estaba la Shell… ahora, es un negocio de electricidad.

Era nuestra parada al salir de El Triunfo.

Cómo no recordar a Chelita, era un punto de referencia

Qué lindo mi barrio… aunque ahora este viviendo en San Martín mi barrio es Caseros. Me acuerdo del kiosco y bar de Chelita… sí habré caminado por esas calles.

Mi suegro fue amigo de Chelita, él fue el dueño del boliche de al lado: Luis Gambella.

Barrio donde nací, mis padres me llevaban al kiosco; si no me equivoco, tenía el único teléfono público… era de color negro.

Me acuerdo cuando se incendió y lo reconstruyeron de vuelta.

Qué recuerdos!… tres veces en la semana iba a hablar por teléfono al trabajo de mi papá. El único público que había cerca ( color azul) .Siempre estaba el papá de Daniel… y otro señor que no recuerdo si era el hermano. Años 70.

Qué lindo recuerdo, compraba las golosinas para mis tres hijos hoy ya tienen 41 y 39 años y hasta ahora, recuerdan su kiosco favorito.

Ojalá volvieran esos tiempos… nuestra infancia y juventud donde no pensábamos en nada, sólo diversión…

Ya no vuelven esos tiempos; me da miedo por mis nietos, hoy ya se se puede salir como antes.

Sí… y diversión sana, sin maldad. Se formaban lindos grupos de chicos y chicas. Vine al barrio a mis 17 años; lamentablemente, me tuve que ir.

Qué pena y nostalgia al ver que ya no es la misma esquina. Nos faltan Jorge y Daniel.

Daniel, siempre sonriente y Jorge, amable.

En el kiosco de Cherita, trabajó mí padre Miguel Victorio Occhiuzzi, más conocido por Chingolo… si alguien lo recuerda, quisiera que lo diga.

Tengo los mejores recuerdos de mi infancia, del club Sud América que estaba en esa cuadra.

Yo lo recuerdo a Chingolo, el mejor!!!.

Mi mamá, Dominga Martina Almada (falleció en 2015),  me contó que años atrás, cuando vivían en la calle Puan, ellos se iban con unas botas y llevaban los zapatos en la mano hasta llegar a Chelita; ahí había un cajón donde se guardaban todos los zapatos y las botas, para que no se ensucien. Para ir en el colectivo, se cambiaban los zapatos ahí y se los cuidaba. El kiosco estaba de la vereda de enfrente donde está ahora.  Cuando yo era chiquita y me había enfermado,  mi papá fue descalzo corriendo hasta las curvas para encontrar un auto que me llevara al hospital.

Cherita también hizo pizza en el club América que está en Mitre y Rosas.

Yo era maestra en los años ’70, de la escuela 7 de la calle Spandonari. era nuestro lugar de reunión esperando el colectivo 53  o el 123 hacia Santos Lugares. Ahora paso con mis 81 años cuando voy a mi cardióloga…me da mucha alegría esa esquina que haya sido galardonada.

Mi abuela fue una de las primeras en el barrio (vivía a la vuelta de Cherita ). Me contaba que a mi tío que era bebé, lo ponía todo envuelto como un matambre, en un cajón de manzana, para que viera pasar los coches y del kiosko lo cuidaban. Y me acuerdo que para las fiestas traían barras de hielo para vender. ¡Qué linda época!

Chela empezó con un kiosco de chapas, enfrente. Al lado, había una usina.

Yo vivía en Puan y Rosas. En Spandonari, estaba la escuela. Mi abuela era la comadre de Eloísa, la portera más buena del mundo. Ella sola limpiaba la escuela, servía a las maestras, tenía la escuela encerada pues las aulas tenía pisos de madera. La mejor portera.

Una lástima que cuando renovaron el centro comercial, talaron el ceibo centenario que estaba sobre la vereda del kiosco

El boxeador Gatica iba a tomar un trago los fines de semana, a lo de Chelita.

NdeR: El kiosco de Cafferata y Rosas (ex Roosvelt) fue declarado “Comercio Histórico” de nuestro distrito.