Amadeo Carrizo – el magnífico guardameta riverplatense – tuvo una estrecha relación con Caseros.
Aquí, en nuestro barrio, visitaba a su tío materno, Santos Larretape, comerciante, quien vivía en la calle 3 de Febrero, entre Moreno y Belgrano, junto a su esposa Edith y su hija, Alicia Marta.
Amadeo ya iniciaba su gran trayectoria en el club de Nuñez cuando sus padres – Magdalena Larretape y Manuel Carrizo, ferroviario – decidieron dejar el Rufino donde residían para establecerse en estos alrededores. Fue don Santos quien los convenció de que se asentaran en Caseros y hasta les buscó una vivienda ubicada en la calle Urquiza, entre Constitución y Hornos. Allí el matrimonio vivió hasta su fallecimiento, junto a su hija Nélida, hermana de Amadeo.
Cuando el legendario arquero se retiró del futbol, Santos lo asoció al SITAS, entidad donde acudían a jugar al tenis y a practicar otros deportes.
Por otro lado, vecinos memoriosos recuerdan que los sábados, cuando el Jota Jota jugaba de local, Carrizo bajaba del tren y se sumaba a la tribuna de la cancha ubicada en Kelsey (actual Murias) y Alberdi para observar el partido.
En nuestro barrio, Amadeo trabó amistad con un riverplatense intenso: Ramón Roque Martín. “Tuve dos ídolos, Labruna y Carrizo… dos de mis hijos, llevan sus nombres”, nos confesó Ramón, conocido empresario. Y agregó: “Tuve muchas charlas con Amadeo, me confió un montón de anécdotas deportivas… ¡huy, me enteré de tantas, tantas cosas!”.
De primera mano, Ramón conoció, entre cientos de otros episodios, los pormenores de jugadas memorables, las picardías y destrezas de un arquero que fue paradigma en su puesto, frustraciones como la del Mundial de Suecia y la gloria reivindicatoria en la Copa de las Naciones.
En octubre de 2002, en la confitería Rincón del Ebro, Ramón Martín – quien por entonces cumplía una década como presidente del Jota Jota – lanzó, junto a su familia, la Filial Caseros ‘Amadeo Raúl Carrizo‘.
DÍA DEL ARQUERO
El hombre de Rufino había nacido el 12 de junio de 1926 – día que, en su honor, quedó establecido como “El Día del Arquero”- debutó en primera a sus 19 años y se caracterizó por ser un innovador en la época al salir del área, jugar con los pies y poseer un potente saque de arco. A los 42 años, mantuvo su valla invicta por 769 minutos. Jugó hasta sus 44 otoños.
El gran Amadeo falleció a sus 93 años, el 20 de marzo de 2020. Fue velado – a pedido de sus familiares – en una ceremonia muy íntima, aquí, en Caseros, en la Cochería Martín.