La legendaria pizzería de la calle 3 de Febrero, casi esq. Urquiza, fue fundada el 25 de mayo de 1939 por don José Ottonelli y a lo largo de más de ocho décadas, se convirtió en uno de los referentes más conocidos (y queridos) de nuestro barrio .
A fines de los años ’50, el comercio fue adquirido por don José Montesano – vecino de la calle Andrés Ferreyra, entre BeIgrano y Moreno – quien lo manejo a lo largo de cuatro décadas.
En los tiempos en que pasear por la calle 3 de Febrero, entre Mitre y la estación, se denominaba “la vuelta al perro”, era casi una obligación concluir la recorrida en lo de Ottonelli; especialmente, si además se concurría al cine Paramount.
Programar un domingo de tres películas y, luego, dos porciones de muzza con fainá (acompañadas con un moscato) era un proyecto estupendo para la muchachada de Caseros.
En sus tan concurridas mesas, café (o fugazza) de por medio, se inspiraron poetas y músicos: en el vals Evocación a Caseros (“himno” de nuestro barrio, compuesto por Oscar Acebrás) se menciona al comercio como postal entrañable de nuestro barrio.
ALICIA Y POCHO
En 1997, Montesano cedió la posta a Alicia y Juan Carlos Pocho Berro. El matrimonio mantuvo el tradicionalísimo horno a leña (a cargo del recordado Vicente Triviño), el sabor característico de sus productos y la impronta de paredes con fotografías de equipos, deportistas y artistas inolvidables o la de visitantes destacados que también se sentaron a las mesas repetidamente ocupadas por sucesivas generaciones de caserinos.
Tras el fallecimiento de Pocho Berro, en 2017, la pizzería continuó su trayectoria pero la pandemia obligó a que bajara las persianas para siempre… lo que no pudo evitar es que ingresara a la página de los recuerdos entrañables de nuestro Caseros.
(foto: año 2014, autora Amelia V. Escudero)