A principios de diciembre de 1989, una noticia impactó a los vecinos; en especial de  Villa Pineral: luego de 23 años de labor sacerdotal, el padre Osvaldo Tonetto – párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa – sería trasladado a una parroquia de Villa Ballester.

De inmediato, se formó una comisión de vecinos que se dirigió al Obispado de San Martín para entrevistar al impulsor de la directiva – monseñor Manuel Menéndez– con la esperanza de revocarla. Fue en vano, la respuesta de la autoridad eclesiástica se resumió en lo siguiente: “Sé del dolor que les causo pero en esa parroquia (la de Ballester) necesito al mejor sacerdote de la diócesis”.

El viernes 29 de diciembre, por la tarde, la comunidad despidió al padre Osvaldo en un sencillo y emotivo acto que se organizó en la vereda de la parroquia de Villa Pineral.

Participaron del mismo, los vecinos y autoridades del Banco Cooperativo de Caseros. Se destacó la presencia del Coro Polifónico de la entidad bancaria, quien interpretó una serie de temas en su homenaje.

Anteriormente, Miguel Anello -presidente de la Junta Parroquial- expresó en un breve discurso la pena de la comunidad por la partida del sacerdote. Durante el acto, los vecinos se acercaban hasta el padre Osvaldo para abrazarlo y, de alguna forma, transmitirle su agradecimiento. También, le entregaron un inmenso pergamino firmado por todos los presentes.

La asunción del padre Osvaldo en su nueva parroquia – Nuestra Señora de La Merced (en Villa Ballester) se realizó en la misa dominical del 7 de enero de 1990. Destacamos que a este oficio concurrieron alrededor de 200 vecinos de Villa Pineral que se trasladaron en colectivos alquilados por ellos.

A lo largo de su labor sacerdotal, el padre Osvaldo dejó numerosas obras durante su paso por Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa; por ejemplo, el servicio farmacéutico que fue imprescindible para las necesidades de la comunidad. La proyección de este servicio llegó, incluso, a paliar falencias en diversas provincias de nuestro país, en Paraguay y en Bolivia.

También, se destacó el Ministerio del Alivio – del cual fue Director Diocesano – creado con el fin de preparar grupos de personas para que lleven alivio material y espiritual a los enfermos en hospitales, institutos geriátricos, clínicas, etc. o en su propio domicilio.

Además de su acostumbrada predisposición para atender las necesidades comunitarias, el padre Osvaldo sobresalió por el impulso que le dio a la construcción del nuevo templo, llevada a cabo con el esfuerzo de todo el vecindario.

En un boletín, editado por la Junta Parroquial, se sintetizó el reconocimiento por su tarea; en una de las nota dice que “…todos encontramos en el Padre Osvaldo a un amigo, un hermano al cual se podía recurrir en cualquier momento sabiendo que siempre estaba dispuesto a escucharnos y ayudarnos”. Y concluye: “Padre Osvaldo: siempre estará junto a nuestro corazón”.

Por su parte, el religioso, a modo de despedida, señaló que “sería mi mayor alegría que continúen firmes en la oración, en la esperanza y creyendo en la Providencia de Dios.

“Mi mayor gozo es que se mantengan firmes en el trabajo que realizan unidos y en el amor.

“Deseo a todos para este año que se inicia un crecimiento como comunidad y que realmente sienta cada de los hijos de Dios que viven en esta parroquia, que los llevaré para siempre muy dentro de mi corazón”.

Conocé la Vida y Obra del padre Osvaldo Tonetto (1937 – 2016)