Fue cuando por primera vez una locomotora atravesó este rinconcito del planeta con el estruendo que seguramente maravilló /atemorizó / asombró / asustó /  a los testigos privilegiados.

La máquina circuló por una vía de troncha ancha que durante lustros fue recorrida en ambos sentidos; recién a principios del siglo 20 se tendió un segundo par de rieles.

CINCO DÍAS ANTES

Martes 20 de marzo de 1888: tras un decreto firmado por Miguel Juárez Celman, presidente de la Nación, quedaron habilitadas las estaciones Palermo, CASEROS, Bellavista, Kilómetro 81, Kilómetro 98, Pilar y Mercedes; todas ubicadas a la vera del tendido ferroviario que, a lo largo de 109 kilómetros, unía al porteño Palermo con Mercedes (Buenos Aires).

La licencia para la explotación del servicio público del ramal mencionado había sido concedida al directorio de Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, cuya concesión, en ese tramo, ejercía Juan E. Clarck y Cía.

A la empresa ferroviaria también le fue otorgada una franja de terreno de 30 metros de ancho, acompañando a la vía, y un área de 50 mil m2, rodeando cada estación.

Según la memoria vecinal, aquella estación Caseros habilitada en 1888 estaba emplazada unos metros más cerca de la actual avenida San Martín.

Con el tiempo, fue emplazada en la actual ubicación.