Fue el miércoles 20 de agosto, a sus 73 años. Residía en la calle Juan de Garay, entre Lisandro de la Torre y Zanella
Fue empleado del Banco Cooperativo de Caseros hasta que la entidad cerró sus puertas. Luego, fue cobrador de CAMUDAP, la mutual de la calle Dante, relacionada con la institución bancaria.
Junto a su padre – el reconocido canillita Armando Luchetti – se encargó del reparto de diarios y revistas por este barrio al que tanto quería.
También, hasta su jubilación, trabajó como mozo en el restaurante del club República (Valentín Gómez y San Jorge).
Fanático racinguista, compartía su pasión futbolera con el recordado Carlos Murillo (f.), titular de la Joyería Samy.
Casado “desde siempre” con Miriam Schejter, el matrimonio tuvo dos hijos – Gimena y Martín – y tres nietos: Agustín, Josefina y Gonzalo.
Sencillo, afable, muy amiguero, podíamos encontrarlo caminando por Caseros, con su andar dificultoso (producto de una mala operación de cadera), con su permanente sonrisa fácil y trato cálido.
Tenía adoración por sus nietos (sentimiento recíproco): uno de sus mayores placeres era ir a buscarlos al instituto Cardoso y hacer la previa tomando un cafecito en el Bar Odeón.
Su nombre completo era Juan Luis Luchetti, en el barrio lo conocíamos como “El Tano Luis”. Fue un muy buen tipo… da pena que ya no esté.