Cual James Bond caserino, a pura estampa, presenta Tomás Agustín Capra los flamantes 80 años que cumplió (y festejó con todo) días atrás.
Nuestro vecino, popularmente conocido como “Tomasito”, entona milongas, silba valses y derrocha sonrisas mientras atiende su verdulería de la calle 3 de Febrero, casi Mitre.
Fue por décadas chofer en la Chevallier donde, fatigando rutas, dejó su marca de tipo amable y entrador.
Casado con Mirta Beatriz, papá de tres hijos, este señor bajito, a pura amabilidad, ofrece tomates, mandarinas, papas y acelgas como si fueran las mejores del planeta y a precio (dice) casi regalado.
Tiempo atrás, por su especial buena onda, lo destacamos en este espacio y generó, entre otros, comentarios como los siguientes:
“Es encantador. Fui a comprar y me invitó a esperar adentro porque estaba fresco, me regaló cebolla de verdeo y puerros y me convidó con frutillas agradecido de la compra. Un bombonazo”.
“Es así. Me atendió con una hermosa sonrisa!!”
“Es genial, está siempre contento y lo transmite hasta al que solo está pasando por la vereda”.
“Muy amable ese señor. A mí me dijo: gracias por mirar”.
“Siií, un divino!!!! Amable!”
“Es un genio!!! Piropeador!! Muy simpático!!!”
“Siempre que paso me saluda, es encantador”
“Es verdad, súper la atención, desde que está él dan ganas de comprar. La atención en el comercio es todo”.
“Siempre que vas a comprar te regala algo y te atiende con una sonrisa, habla y saluda hasta con gente que pasa caminando… trabaja feliz…excelente atención!!”.
“Es divino, Tomás”.
“Es cierto!!!! Es muy amable y educado!!! Re buena onda!!! Sonriente, agradecido, x más personas como él!!! Es un ejemplo”
“Cuando paso para ir a yoga me dice “gracias por pasar y mirar la mercadería”… con esa actitud te compra”.
“Ojalá nos contagie su educación, simpatía y buenos modales que están en extinción”.
“Creo que es el mismo señor que mientras yo compraba le regalaba a mi hijito tomatitos Cherry, un genio”.
“Es encantador!! Y si vas casi a la hora del cierre, te regala todo lo que ve que al otro día no va a vender, porque se maduró y dice que antes de tirarlo prefiere regalarlo, es un sol, sobre todo respetuoso, da gusto ir a comprar”.
“Tomás… siempre compro ahí y si paso y no compro me da charla y me regala alguna fruta para probar. Eso es saber vender”
“Tal cual, desde que inauguró compro y siempre me convida para que pruebe lo que compro, tanto él como las personas que lo acompañan”.
“Y cuando pasás, te agradece sólo por pasar y saluda aunque no te conozca”.
Como se ve, con sus flamantes 80 abriles, el ex conductor de la Chevallier que la rompía en las rutas, ahora hace estragos en la calle 3 de Febrero… ¡¡¡Qué capo, Tomás!!!.