Cuentan los que saben que fue por los años ’50 cuando los alrededores de donde en la actualidad se encuentra la escuela – Aldo D’Ella Rosa y Larralde (por entonces: Alvear y Constitución) – estaban en pleno loteo y comenzaban a poblarse.
Este rincón de Caseros estaba poblado por muchos inmigrantes (especialmente, italianos) y vecinos humildes con ganas de progresar; todos, con intensas ganas de que sus hijos se eduquen.
LOS COMIENZOS
Fueron estos pobladores quienes impulsaron la creación del establecimiento educativo que comenzó su historia como Nº 70, el 9 de abril de 1954, con 68 alumnos que, provisoriamente, fueron alojados en la desaparecida Escuela Nº 33 (L. Medina, entre Sabattini y De Tata).
Al año siguiente, el 1 de abril de 1955, en una precaria construcción levantada ladrillo a ladrillo, comenzó la trayectoria en su actual ubicación.
Por entonces, el barro y las zanjas rodeaban al edificio que diariamente recibía a 299 alumnos. La directora era Leonor Raggio.
Ya en pleno crecimiento, en el año ’57, la Sociedad de Fomento Fray Luis Beltrán cedió parte de sus instalaciones como anexo escolar.
En 1961, el establecimiento quedó bautizado como Manuel Belgrano y apadrinado por el Primer Grupo de Artillería Antiaérea Liviana Motorizada.
En el ’62, fue entronizada la imagen de la Virgen de La Merced y, en 1964, se inició la ampliación de las instalaciones que, como sucedió a lo largo de casi toda la historia, contó con el amplio apoyo del vecindario.
NOTAS AL MARGEN
- Cuando se conmemoró el 50° aniversario del establecimiento, en 2004, el acto comenzó con el ingreso de delegaciones escolares; entre ellas, se destacó la de los egresados de la primera promoción encabezada por Víctor Correia Mendonça, junto sus escoltas: Norma Formia y Norma Quintana.
- La ex maestra Marta Bello, dijo: “Era tan chiquita la escuela que el primer día la pase de largo… miré para atrás y vi la bandera… ahí me di cuenta que esa casa que había pasado era la escuela. Estuve aquí durante 25 años”.
- Nora Cortés – ex alumna, promoción 1975 – recordó su paso por las aulas y a maestras entrañables: las señoritas Zulma, Angelina, Marta, Georgina, Caty, Susana, Elvira, María Cristina, Ida… La mujer evocó también al coro Almafuerte “que ganaba todos los concursos intercolegiales” y a otras circunstancias de su época colegial. Entre lágrimas, finalizó su disertación señalando que “fui muy feliz aquí”.
- La directora de entonces – señora Josefina Vizone – sintetizó la historia de la escuela destacando el empuje de los vecinos que la impulsaron en una época a la que calificó “más apacible” y donde “la gente tenía más tiempo para dedicarle al barrio”. La docente concluyó sus palabras parafraseando a la madre Teresa: “Enseñarás a volar pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a contar pero no contarán tu cuento. Enseñarás a soñar pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir pero no vivirás tu vida. Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, cuenten, sueñen, vivan, estará la semilla del camino enseñado y aprendido”.